Muchas veces sí que sucede un desarrollo personal, ya que jugando a ser otro, y actuando en consecuencia, se abren nuevas puertas al entendimiento de lo humano. Puedes ponerte en la piel de otros personajes que tienen una forma de ser, de mirar el mundo. Pueden ser personajes temidos, admirados, amados o despreciados, da igual, el trabajo de entrega del actor, nos permiten sentir la humanidad profunda que compartimos, más allá del carácter, las acciones o los valores que nos diferencian. Observar y actuar tocado por lo humano ayuda a nuestra comprensión, capacidad de empatía y tal vez de nuestra manera de estar con otros y en el mundo.