Uta Hagen, hace mucho hincapié en la espontaneidad, “no olvides que en tu vida cotidiana, en todas las formas posibles de dramatización espontánea, tu propio ser es siempre el eje central, no se trata de copiar comportamientos, se trata de buscar y encontrar la infinidad de facetas y aspectos que se manifiestan en el alma y en la imaginación del actor. Como pedagoga Uta Hagen da mucha importancia a la preparación técnica del actor, divide estas técnicas en las técnicas externas y las técnicas humanas.
En cuanto a las técnicas externas se centra en tres aspectos fundamentales: el cuerpo, la voz y la dicción:
-El cuerpo es el instrumento más visible mediante el cual se comunican los pensamientos y emociones más sutiles. Su trabajo se centra en el entrenamiento del movimiento corporal hasta conseguir la capacidad responder de forma espontánea a los estímulos de los diferentes personajes sin interferir en las reacciones humanas del actor.
– La voz la considera un instrumento fundamental que hay que aprender a templar para conseguir la flexibilidad necesaria que permita darle voz a todos los personajes. Su idea es poner la voz al servicio del personaje, sin necesidad de utilizar estrategias que hagan estar al actor demasiado tenso y pendiente de sí mismo.- La dicción, es
-La dicción es considerada por ella, como el instrumento que diferencia al actor de los demás artistas de las artes escénicas, su objetivo es conseguir una dicción sin afectaciones ni superficialidad.
En cuanto a las técnicas humanas, su propuesta se centra en la actuación realista, para Uta Hagen “la realidad es teatral”, considera que el realismo permite al actor encontrar los comportamientos que más se adecuan a las necesidades del personaje, y que ha de buscar en su propia vida para crear una nueva vida sobre el escenario. Sobre todo el actor debe ser flexible, conocer los matices de su ser y poder actuar desde distintos lugares: “…si un intolerante expresa sus opiniones racistas, me comporto con arrogancia; puedo comportarme como una snob, aunque me considere la más liberal entra las liberales y la más humanista entre las humanistas. Me considero una persona valiente a pesar de que cuando veo un ratón me pongo histérica”. En su labor de pedagoga teatral, practicaba y recomendaba a sus actores la “autoobservación”, lo que ella llamaba los “ejercicios de “estiramiento de la identidad”, como una forma de registrar distintas identidades, para ponerlas más tarde al servicio de los personajes. Este “estiramiento de la identidad” podemos relacionarlo con las polaridades y el auto-concepto en la gestalt, en las cuales las personas solemos identificarnos solamente con una, dejando en la oscuridad las potencialidades de la polaridad no aceptada, más adelante también trataremos más extensamente estos temas.
El objetivo artístico que propone Uta Hagen es el de entrenar el instrumento del actor, dice: “En el caso de un pianista es el piano, en el caso del actor es él mismo”. El énfasis de su trabajo esta puesto en el descubrimiento de uno mismo. Compartimos la idea de que el actor debe aprender a enfrentarse a sí mismo, a no ocultarse nada a sí mismo, ser capaz de buscar y de encontrar en sí mismo las respuestas necesarias para crear realidad y espontaneidad en la actuación y tener una curiosidad insaciable por la condición humana, además de un cuerpo y una voz flexibles y educados. Su propuesta sobre la adaptación a lo que sucede en escena; la concentración en el aquí y el ahora; la modificación a partir del contacto con los otros actores; la descripción del personaje en primera persona, son actitudes que en un enfoque gestáltico que favorecen el darse cuenta de uno mismo. Aunque en el teatro hay que pasar del “darse cuenta” a la “acción”, ya que el conocimiento de sí mismo es necesario pero no es suficiente para la actuación.